Según la Academia Americana de Alergia e Inmunología,
así como la Academia Europea de Alergia e Inmunología Clínica,
existen dos tipos de reacciones adversas de carácter individual causadas
por un alimento: las inmunológicas y las no inmunológicas. Las de
tipo inmunológico incluyen las respuestas alérgicas de tipo IgE
y las reacciones de sensibilización de tipo IgG, mientras que las de tipo
no inmunológico, corresponden con la intolerancia alimentaria.
Alergia alimentaria
La alergia alimentaria es una respuesta de tipo IgE en la que por tanto,
está involucrado el sistema inmune. Existe una activación de mastocitos
y basófilos que secretan inmunomediadores de tipo histamínico, como
la propia histamina, prostaglandinas, leucotrienos y proteasas, entre otros. La
técnica de diagnóstico de elección para detectar este tipo
de respuesta es el RAST. Tras la exposición al alergeno, existe una
primera fase asintomática que incluye un periodo de latencia y un periodo
de sensibilización, en la que se sintetizan los anticuerpos. Será
posteriormente, durante la segunda exposición al alergeno alimentario,
cuando se desencadenará la respuesta alérgica.
La sintomatología puede ser de carácter grave (es el caso del
shock anafiláctico que incluso puede producir la muerte del paciente),
o bien de carácter menos grave, con alteraciones gastrointestinales (prurito
bucal, edema de labios, estomatitis, náuseas, vómitos, distensión
abdominal, dolor cólico, diarreas), cutáneas (urticaria, angioedema,
dermatitis atópica) y respiratorias (rinitis, asma).
Otro tipo de reacción inmunológica causada por un alimento es
la sensibilización de tipo IgG. Se trata de una forma alérgica que
expresa un estado de sensibilización del paciente a un alergeno alimentario
determinado. Según varios autores tiene escaso valor clínico, de
modo que tan sólo la subclase IgG4 se ha relacionado con ciertos tipos
de alergia.
La técnica de detección indicada es el Test de IgG que en ningún
caso diagnostica una intolerancia alimentaria.
Intolerancia alimentaria
Las academias nombradas anteriormente definen la intolerancia alimentaria como
aquella respuesta anómala del organismo frente a cualquier alimento o aditivo alimentario,
en la que no participa el sistema inmunológico. Etiológicamente,
presenta una frecuencia entre 5 y 10 veces superior a la alergia. En este caso,
no existe periodo de latencia, de forma que tras la exposición, se produce
una reacción microtoxicidad de carácter individual cuyas dianas
son los linfocitos, granulocitos y plaquetas de la sangre.
La sintomatología asociada es de carácter más leve aunque
de duración crónica, y agrupa las siguientes manifestaciones: trastornos
gastrointestinales, como dolor y distensión abdominal, vómitos
y diarrea, alteraciones respiratorias, dermatitis y eczemas, migraña, fatiga crónica y alteraciones
reumáticas, así como el fracaso de la dieta hipocalórica
en el tratamiento del sobrepeso.
Las causas de la intolerancia pueden ser de tres tipos:
Las enzimáticas son reacciones de intolerancia catalizadas
por enzimas constituyentes de los alimentos, como la levadura de pan o de cerveza
Las
farmacológicas, son debidas a agentes farmacológicos activos,
presentes en pequeñas dosis en los alimentos, como la tiramina, la fenietilamina
o la cafeína
Y por último, las reacciones de tipo no
identificado que incluyen las reacciones frente a aditivos alimentarios.
La metodología de elección para el diagnóstico de la intolerancia
alimentaria es el Test Alcat, técnica patentada de la cual,
Centro Inmunológico de Cataluña tiene la licencia exclusiva en España
y Portugal.
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